Los seguros, no debieran ser vistos como un gasto innecesario. El terremoto de 2010 la manera de los chilenos de informarse en relación al tipo de construcción que se quiere adquirir.
Especialmente dónde queremos comprar y también buscando mayor información de seguros, específicamente los seguros de incendio con adicional de terremotos.
La industria recomienda que las personas se acerquen a las compañías de seguros para conocer el detalle de sus pólizas, ya que todas las coberturas son distintas.
Seguros: El caso de Paulina
Para graficar de mejor forma cómo opera una póliza con este adicional, la periodista Paulina Rosso nos contó su experiencia luego de hacer efectivo su seguro tras los daños que tuvo su departamento en el 27 F.
Paulina vivía desde septiembre de 2007 en su departamento ubicado en la comuna de Ñuñoa, es decir. Para ella, la construcción no inspiraba ninguna desconfianza, nada le había llamado la atención del edificio donde habitaba.
La madrugada del 27 de febrero, los chilenos nos despertábamos con el violento movimiento que terminó siendo un terremoto 8.3 Richter en la Región Metropolitana.
Paulina sólo al día siguiente pudo percatar a cabalidad de los daños sufridos en su departamento: descuadres de puertas, quebraduras de baldosas en baños y cocina. Paredes que al moverse rajaron papel mural.
A eso se le sumó el desorden. “Entonces me imaginé lo peor. Además estábamos sin luz, agua ni gas, por lo que estaba inhabitable” recuerda Paulina Rosso.
Las cifras de los seguros en Chile
En Santiago sólo un 0,3% de los edificios colapsó, pero un 14,4% sufrió daños. Y la mayoría de ellos fueron construidos en los últimos diez años.
En Concepción, esa cifra se eleva a un inquietante 20% de las construcciones de 15 o más pisos. Muchas de estas construcciones habrían infringido las normas de seguridad antisísmicas.
Al ser consultada Paulina si sabía algo sobre la póliza contra incendio antes del terremoto del 2010 con adicional de sismos que había contratado, ella responde que “sabía de la obligación de tenerlo por el crédito hipotecario, pero no tenía más información”.
Paulina relata que luego de ver las condiciones de su departamento, acudió a su aseguradora, “ingresamos el siniestro y como era algo nacional, estaban copados. Cerca de dos meses después vinieron a evaluar daños. Evaluaron, anotaron y se fueron. Al mes y medio aproximadamente depositaron el monto para los arreglos”.
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Asimismo señala que lo más complicado de esos meses no fue el proceso con la aseguradora, sino “lo difícil fue volver a vivir a un departamento con daños, pero habitable y con servicios”.
Destaca de esta experiencia de aprendizaje que “los seguros son necesarios, aunque uno los vea como un gasto. Además es importante tener todos esos documentos importantes a mano, porque nunca sabes cuando los ocuparán”.
“En el caso de un siniestro como este, no corre la póliza individual, se usa la del condominio, porque el cielo y el suelo son espacios comunes, entonces el 70% de las viviendas en un edificio residencial son espacios comunes”.
“En un terremoto, por orden de la Superintendencia de Valores y Seguros, hay que pagar a los asegurados. Frente a un hecho catastrófico no hay análisis que valga”, agrega el César Carrizo ejecuto de BST.
La aseguradora de Paulina demoró alrededor de 4 a 5 meses en liquidar su siniestro, “algo entendible dado la contingencia del momento” reflexiona. Pero señala que dentro de todo, quedó conforme con el modo de actuar de su seguro.