Estamos a días de que en muchos condominios o edificios abran las piscinas. Ésta área común toma protagonismo en los meses de calor. Por eso, en el Blog de Edifito el tema de crear conciencia de las medidas de seguridad en piscinas es un tema relevante.
La inmersión es la primera causa de muerte en niños varones de entre 5 y 14 años. Especialista en Prevención de Riesgos de la U. del Pacífico analiza las medidas de seguridad más efectivas para disfrutar de la piscina sin accidentes.
Una niña de cuatro falleció la semana pasada tras caer a una piscina al interior de una vivienda en Ñuñoa, mientras acompañaba a su madre en el trabajo, quien se desempeña como asesora del hogar. En un momento de descuido, cuando la mujer realizaba los quehaceres domésticos, la pequeña salió al patio y cayó a la piscina.
Según datos entregados por la PDI, en Chile entre los años 2006 y 2013 el porcentaje de fallecidos por inmersión o ahogamiento correspondió al 7% del total de muertes, con un total de 790 casos, siendo ésta la cuarta causa de muerte en el mundo y la primera en hombres entre los 5 y 14 años.
Con la llegada del calor y la temporada de piscinas, es importante saber qué hacer para minimizar, e idealmente eliminar, los riesgos de accidentes en piscinas que, lamentablemente por sus características, la mayoría de las veces puede ser mortal.
Para el Jefe de la Carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, Patrick Sepúlveda, lo primero que hay que tener claro es que “los accidentes no se deben a la mala suerte ni a la casualidad, sino a la causalidad, ya que todo accidente posee uno o más errores que generan un incidente”, explica.
En segundo lugar, Sepúlveda señala que los accidentes siempre son prevenibles, sin embargo, “la seguridad total de una medida o producto no existe; esto significa que una medida de seguridad no reemplaza a otra, sino que deben sumarse”, aclara.
Partiendo de esa base, el especialista destaca que la mejor medida de prevención en piscinas es siempre la supervisión permanente por parte de un adulto, como acto vital. “La responsabilidad sobre la seguridad de un niño pequeño no es del menor, será siempre de los adultos. Ésta es la mejor medida a la hora de evitar un accidente, ya que en caso de un problema el adulto puede auxiliarlo de inmediato. La desventaja está dada por el hecho de que el adulto no puede realizar otra actividad”, comenta.
Patrick Sepúlveda plantea que la vigilancia debe ser mayor en reuniones sociales, cuando hay grupos de niños bañándose o jugando cerca de la piscina. “En estos casos puede requerirse a un segundo adulto para mantener el contacto visual constante sobre los niños en el área de piscina”, alerta.
En ese sentido, las recomendaciones del docente de la Universidad del Pacífico son claras: “No asuma que alguien más está mirando a un niño; nunca deje a un niño en la piscina sin un adulto y no considere que las clases de natación protegerán a su hijo de ahogarse”, precisa.
Alternativas del mercado
Como medidas complementarias para prevenir accidentes en piscinas, actualmente existen en el mercado distintas herramientas para aumentar la seguridad, las cuales son analizadas por el experto en prevención de riesgos de la Universidad del Pacífico:
- Flotadores y alitas: Existe en el mercado un amplio surtido de flotadores, pero se debe recordar que estos son juguetes, que en algunos casos pueden servir como apoyo para aprender a nadar, pero en ningún caso son un medio para resguardar la vida de un niño por sí solos. Siempre se deben usar en compañía de un adulto.
- Chaleco salvavidas: El chaleco salvavidas debe ser de un material adecuado, entendiéndose por ello que sea un chaleco de nailon, relleno de espuma de polietileno y con sujetadores de metal o plástico. Sin embargo, siempre requerirá de la supervisión de un adulto responsable.
- Rejas o cercas perimetrales: Estas deben ser de al menos 80 cm. de altura y deben contar con una separación entre barrotes no mayor a 12 cms. para que no quepa la cabeza de un niño. Adicionalmente, deben tener un buen seguro en la parte superior de la puerta de acceso e idealmente cierre automático. Sin embargo, tampoco es cien por ciento infalible, pues el niño puede encontrar la manera de traspasarla o en un descuido puede que un adulto no deje bien cerrada la puerta.
- Alarmas de inmersión: Este tipo de alarmas funciona detectando las ondas que se producen en el agua cuando se sumerge un objeto mayor a cierta cantidad de peso, idealmente sobre 6 kilos. En ese momento se activa una alarma, la cual puede estar en la piscina y otras más avanzadas dentro de la casa. La desventaja de este tipo de medida de seguridad es la verificación de la mantención preventiva del aparato.
- Brazaletes de seguridad: Estos brazaletes especiales se ponen en la muñeca de los niños y activan una alarma cuando se sumergen. El problema es que pueden ser incómodos para los niños, quienes pueden tratar de sacárselos, lo que se suma a la necesidad de mantención preventiva del aparato.
Se acerca la temporada de piscinas y para el equipo del Blog de Edifito, es importante aconsejar y ayudar a prevenir en las comunidades de edificios y condominios en relación a este tema. Estar atentos nos puede evitar de un lamentable accidente.