Así como hace unos años llegó la revolución de las renovadas estufas a parafina a nuestro país, hoy estamos frente a la llegada de una nueva tecnología, que además de ser económica, es amigable con el medio ambiente: las estufas a pellet.
A pesar de que la calefacción a pellets es muy común en el mundo entero, en Chile no estábamos muy acostumbrados a usar estufas en base a este combustible, ya sea por la desconfianza, la desinformación o por las dudas que generaba este tipo de recurso en un comienzo. Esta situación ha cambiado durante los últimos años, periodo en el que hemos visto cómo se han multiplicado las empresas que ofrecen estufas y calderas a pellet, además del suministro de pellet de madera.
En Chile, la inserción de este tipo de estufas, según Douglas Díaz, Gerente de Producto Energías Renovables Cosmoplas, ha sido muy rápida, pero no exenta de problemas, dado que no existe ningún tipo de regulación en cuanto a la calidad de los productos y la forma de instalarlos.
Los pellets son cilindros de aserrín o viruta seca prensada que sirven como combustible. Pueden ser fabricados a partir de cualquier material leñoso, siempre que sea homogéneo y esté seco antes de ser prensado. Su humedad es de entre 6% y 12%. En Chile, la mayor producción proviene de la remanufactura forestal.
Es un combustible ecológico, limpio y renovable, que cuenta con una gran capacidad calórica y un bajo impacto ambiental, lo que lo posiciona como una interesante opción de calefacción para la realidad de nuestro país.
Si hablamos de sus beneficios, Douglas Díaz, señala que “separando lo más obvio, como el precio del combustible en relación a los otros combustibles fósiles, están aquellos factores ambientales y sociales. El combustible que proviene de deshechos de re-manufactura de industria maderera, fabricación de puertas, ventanas y otros, como lo es el pellet, genera mano de obra local, evita la fuga de divisas y colabora ambientalmente al mantener un Co2 neutro. Es decir, que al quemar pellet, el Co2 emitido a la atmosfera ya fue compensado en igual medida por el árbol del cual se produjo el pellet, cuando este realizaba fotosíntesis, absorbiendo Co2 y liberando O2”.
Ventajas de las estufas de pellets:
• Las estufas de pellets usan como combustible un tipo de biomasa, es decir, materia orgánica y por lo tanto se trata de energía renovable.
• Alto rendimiento calorífico de este material combustible.
• El funcionamiento de las estufas de pellets está totalmente automatizado.
• Este tipo de estufas recuperan el calor residual del humo, aprovechándolo para generar más calefacción.
• La combustión de los pellets apenas produce CO2, por lo que resulta beneficioso para el medio ambiente al no contribuir en el efecto invernadero.
• Los pellets ocupan menos espacio que otros combustibles como la leña y no se estropean.
• La limpieza de este sistema de calefacción es muy sencilla y requiere poco mantenimiento.
• No se presentan riesgo de explosión.
• No producen olores.
Las estufas a pellet son sumamente seguras, y al contrario de otras estufas a combustibles fósiles, estas no emiten ningún tipo de contaminación intradomiciliaria. También cuentan con una gran potencia de funcionamiento, lo que les permite competir con cualquier otro sistema de calefacción. Además, existen modelos que ofrecen características como termostato, programador, encendido automático, etc.
Inconvenientes de las estufas de pellets:
• La inversión inicial es mayor que en otros tipos de estufas, como pueden ser las de leña.
• Requieren también de consumo eléctrico para funcionar, por lo que será necesario disponer de toma de luz para hacer funcionar la resistencia y demás componentes.
• Las estufas de pellets generan ruido que puede resultar molesto para algunas personas.
• Se usan para calentar zonas localizadas o como complemento, no son recomendables para espacios grandes.
• En localidades pequeñas o aisladas puede resultar complicado comprar pellets.
¿Qué regiones del país son las que más demandan estas estufas?
El Gerente de Cosmoplas responde que son aquellas regiones más frías de Chile que poseen el combustible a una distancia razonable, donde el costo de transporte tenga una incidencia aceptable. Desde la VI a la X región, incluyendo obviamente las nuevas, de los Lagos y los Ríos. La razón fundamental es el reemplazo de calefactores que operan quemando leña, en zonas ya saturadas de emisiones contaminantes.
El 2013 fue el boom de estas estufas en el sur del país, lo que generó una falta de stock tanto de estufas como de pellet. En Santiago no existe reglamentación asociada a calefactores a pellets, según el SEC (Superintendencia de Electricidad y Combustibles), salvo en las situaciones de Alerta, Preemergencia y Emergencia Ambiental, en que se prohíbe el funcionamiento de todo tipo de calefactores que utilicen leña o biomasa (pellets, aserrín, similares) destinadas a la calefacción de viviendas y de establecimientos públicos y privados, estén o no provistas de sistemas de doble cámara de combustión, en toda la Región Metropolitana.
Los productores atribuyen el éxito y la penetración del pellet a su costo, pues es 50% menor que el gas. Y si bien es más caro que la leña, esta contamina 10 veces más. Un kilo de pellets cuesta aproximadamente entre $180 y $200 a productor, pero se está vendiendo a público hasta $240. Un valor mucho más conveniente que la parafina, considerando que se requieren dos kilos de pellets para calentar lo mismo que un litro de parafina. Claro que el valor de los equipos (calderas y estufas) -la inversión inicial- es mayor. Los calefactores a pellets parten desde $499.000 (sin la instalación) y pueden superar los $2.000.000.
Estufas en la RM
En la Región Metropolitana, la forma de calefaccionar los hogares siguen siendo, principalmente, las estufas a parafina. Pero en el sur de nuestro país, quienes están reinando son las estufas a pellet, debido a que hace varios años esta zona vive altos niveles de contaminación, y la calefacción a pellet es una buena alternativa para suministrar calor en dicho contexto.
Infórmese a través de nuestro Blog